Pues ya os podeis poner todos enfermos, a trabajar o al final del aforo, que yo esta noche, con reventa o sin ella, voy a ver las estrellas en primera fila.
(Y dad gracias que no me ha dado tiempo a costumizarme una t-shirt ni a comprar la superpop.)

Einstein al forn de pa.

Avui he conegut al forner del meu barri. He anat a comprar una barra de mig i com si anés a comprar el pa allà cada dia i ens coneguéssim de tota la vida m´ha dit: "Pues mira si tengo mala suerte...". Jo he aixecat la vista de les barres de pa de l´aparador i després de comprovar que no hi havia ningú més al forn i que per tant s´estava dirigint a mi, he deixat anar un "¿Por qué?" per pura inèrcia. "Pues porque anteayer que era día 13 fue mi santo, el siete de junio es mi cumpleaños, o sea el 7 del 6, siete más seis: trece,-va calcular amb tota la convicció del món de que allò de sumar el dia i el mes era una teoria irrefutable-, y encima el otro día me enteré que el día de los zurdos es el 13 de agosto, ¡y yo soy zurdo!". "Yo también."- li he dit mig despertant de l´estupefacció que em produïa el que aquell home panxut i gegant i amb cara de diumenge interminable m´estava explicant, donant per sentat que jo era del barri, com si jo anés cada día allà a comprar el pa i ens expliquéssim la vida, quan de fet era el primer cop. Però de fet vaig començar a dubtar-ho i a pensar que potser hi anava sovint, o inclús cada día, però que la meva memòria s´estava desintegrant per l´alzeihmer o similar.-"¿Tú también eres zurdo?". "Si."-li he repetit. Tot seguit, hi hagut un breu però incert silenci que he trencat súbitament amb una obvietat estúpida: "Pero bueno, eso son...supersticiones.¿No?". Aleshores es quan l´home ha obert molt els ulls i m´ha mirat fixament per primer cop: "No no no no no. Eso es por la iglesia. Porque la iglesia siempre le ha tenido mal rollo a la ciencia. Antes a los zurdos les ataban la mano porque era cosa del demonio, ¿Y sabes porqué?"- Vaig assentir quelcom amb el cap, no recordo si era un si o un no, però és tot el que vaig poder fer. "Pues porque los zurdos son más inteligentes...Sí. Y eso es porque como utilizamos el otro lado (sobreentenguis cerebral) para hacer las cosas, pues por eso somos más listos. Como Enstein, Galileo..."- "¿Einstein era zurdo? el vaig interrompre encuriosit com si ho hagués llegit en un Muy interesante caducat en una sala d´espera. "Pues sí."- I aleshores va assentir com si estigués clar que de fet ell i jo érem parents d´aquells cèlebres científics, com ho és l´home del mico. Jo ja tenia el pa a les mans i havia pagat. Li vaig dir alguna cosa més. Ni ho recordo. Alguna altra frase absurda i estereotipada com: "Ya, no me extraña. Es que la iglesia...", típica d´algú que en sa vida ha fet vida de barri, que, amb prou feina, se´n recorda d´algun veï i el saluda per inèrcia,o que quan entra en un establiment on hi ha gent, l´únic accident que pot provocar que es relacioni amb algú es el de "Ets l´últim?". Vaig sortir al carrer i crec que alguna cosa em brillava als ulls. Dic crec, perque obviament no podia comprovar-ho, però el cert és que encara que la teoria d´aquest bon home no va acabar de semblar-me molt fiable, ni la seva cara gaire intel.ligent, vaig tornar a casa amb una barra de mig i orgullós de ser, com ell, un esquerrà. Llest com un dimoni.

Silverscreen

Fundido en negro y oscuro. Sala vacía. Dos butacas se entremiran.

A- Creía que no te gustaba quedarte a mirar los créditos al final.
B- (Ensimismado, sin dejar nunca de mirar la pantalla)...Mmm?
A- Que te parecía de snobs.
B- ¿El qué?
A- Quedarte en los créditos.
B- Es por...La música. Me ha gustado la banda sonora.
A- Ah...
B- ¿Nos vamos?
A- (Que es quien ahora mira la pantalla sin mirarla) ¿Qué?
B- Que si nos vamos.
A- Ah...si.

Accidents domèstics

Contestador: (Piiiiiiiiiip):......On ets? El gat s´ha tirat per la finestra. És mort. Volia agafar-se a l´arbre però no hi ha arribat. Encara era viu quan l´he recollit. Bé, agonitzava. Amb prou feines podia miolar. Obria la boca però no emetia cap so...Pobret...L´he dut al veterinari i li ha posat una injecció. I s´ha adormit de seguida, amb molta pau. Era recomfortant veure´l marxar amb tanta serenitat. El veterinari deïa que se li ha rebentat tot adins excepte el cor, i que per això seguia viu.....¿Perquè no em truques? Per dir-me on ets, almenys. Si estàs bé. Per favor, t´ho suplico, ja no puc suportar-ho més. ¿Perquè m´ho fas això, eh? Jo només em preocupo per tu i a tu sembla que tant se te´n fot, que...Em tornaré boig. No. Ja n´estic de boig!?...L´he llençat al contàiner. Vull dir que no l´he enterrat. M´ha fet mandra. Al cap i al fí era un engorro aquest gat. I a més, només t´estimava a tu. A mi només em volia perque li donés de menjar, o li obrís la finestra...Ja t´ho vaig dir que acabaria saltant, però tu no em vas fer cas per variar...Truca´m. T´estimo..

Domingo

Y de repente te duermes y estoy solo.

Tan solo que casi puedo hablar conmigo mismo.

Y maldecirme por seguir midiendo con la ilusión

nuestras cuatro paredes,

nuestra calle,

nuestro barrio,

nuestra ciudad llena de ruido.

Maldecirme por haberme secuestrado

de lo tangible un domingo cualquiera

y llamarle sexo a algo que no sé

qué nombre ponerle.

Por jugar a que me escondo

por si te da por encontrarme.

Por aburrirme y buscar algo que hacer

en lugar de hacerlo.

Por contar uno a uno los silencios

en voz alta.

Por gritar sin pánico,

por soplar sin aire,

por besar sin ganas.

Por hablar y hablar y hablar

sin decir nada.

Por soñar despierto siquiera un rato,

no vaya yo a dormirme también sin querer

y nos quedemos los dos solos.

Violently happy

La violencia es un ítem de nuestros días. Lo cual no significa que sea nada moderno. El negocio de matar es casi tan antiguo como el de dar placer. Pero lo que le da un carácter tremendamente actual es que se ha inmiscuido en casi todas las parcelas de nuestra vida, incluso las más recientes. La violencia nos explica como seres inherentemente agresivos: En la maquiavélica competitividad del trabajo, en el receloso anonimato de nuestros vecinos, en la desidia familiar, en nuestro parco tiempo de ocio, en nuestro comer mal y rápido,en todo aquello que está por hacer en nosotros y para con los demás, y en definitiva, en nuestras pulsiones vitales, sobretodo en las más bajas.

"Quien bien te quiere te hará sufrir". Este refrán tan incorporado en nuestra sociedad hasta tal punto que a quien se lo digamos le provocaremos un gesto de asentimiento resignado, no deja de parecerme un tanto retorcido. Huimos del sufrimiento, lo tememos mucho más que a la muerte, pues, ¿Quién no ha experimentado el dolor alguna vez? En cambio la muerte, un fenómeno mucho más absoluto, no es capaz de provocarnos tal angustia, porque es algo abstracto, intangible, aunque la hayamos vivido de cerca. Dicen los sabios que no hay mayor fuente de sabiduría, de crecimiento y de superación que la del sufrimiento. Aún así, la ahuyentamos como a los mosquitos, aunque esté presente de forma inevitable en nuestras vidas, aunque aquella persona de la que esperábamos recibir todo el cariño del mundo decida inexplicablemente un día rompernos en dos. Nadie sabe porque ha sido. Ha sido y punto. El agua fría en la cara por las mañanas puede ser tremendamente agresiva, pero nos despierta. Nadie ha decidido de qué forma van a expresarte que te quieren. Algunos depravados deciden hacerlo acuchillando a su mujer. No podemos evadir toda la culpa que hemos mamado desde pequeñajos. Y la violencia puede ser en un momento dado ese hilo de voz castrada que no sabíamos de dónde venía. Por amor se construye y se destruye, se actúa en favor y en contra de uno. Se barajan, en definitiva, las cartas de nuestras contradicciones. Pongámoslas mejor boca arriba. Hay que ser valiente.