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sábado, septiembre 29, 2007

Los casiunescos.


Somos casi honestos.

Vivimos casi en paz.

pensamos como casi todo el mundo.

Y trabajamos lo necesario para casi vestirnos, casi alimentarnos,

casi entretenernos y para llegar, casi, a fin de mes.



Viajamos casi en primera.

Nos peinamos casi como si fuésemos jóvenes.

Nos lo hacen casi cada semana.

Y lo pensamos casi cada momento.

Casi a cada paso, casi en casa, casi en la calle.

Y nos lavamos los dientes, casi cada noche.



Vivimos en el último piso, de la última casa,

de la calle aquella donde nadie nos conoce,

y nadie nos necesita.



Nos preocupamos casi como si fuera asunto nuestro.

Comemos casi como si fuese el último día. Pagamos

impuestos por casi cualquier cosa. Y nos asustamos,

casi, por cualquier noticia.



Estamos casi convencidos de que quieren lo mejor para nosotros,

casi entusiasmados por el deporte, casi comprometidos por la política,

al borde de la credulidad más absoluta,

casi interesados por la vida en general.

El resto,...Casi, casi nos la suda!



Somos casi ciudadanos,

casi profesionales,

casi catalanes

y casi responsables

de casi, casi todo.



Hombres casi de edad madura y contemporánea.

Casi ocasionales optimistas si el tiempo acompaña.

Casi imparciales ante dos puntos de vista: El equivocado y el nuestro.

Casi alguna cosa, vamos, por decir algo.


Y nos informamos leyendo casi todo el horóscopo.

Nos terminamos a diario casi toda la sopa.

Nos damos fiesta casi todos los domingos.

Y casi cada mañana, casi como cada día,

nos cambiamos de ropa.


Y nos preocupamos casi como si hubiésemos

firmado la hipoteca. Nos ofendemos casi

como si nos hubiesen devuelto el puñetazo.

Nos apuramos casi como si no tuviéramos más que prisa.

Casi como si llegáramos tarde. Casi,

como si nos fuesen a cerrar el portal con llave.

Llueve, casi como si fuera otoño.


Vivimos en el último piso, de la última casa,

de la calle aquella donde nadie nos conoce,

y nadie nos necesita.


Retrato en verso; Accidents polipoètics.

jueves, septiembre 27, 2007

El sopar dels clons


L´altre dia vaig veure La isla. Sí, sóc dels que veuen aquestes pelis quan ja ningú no les recorda. En aquest cas, el tema que tracta, el de la clonació, que va tenir el seu moment àlgid de polèmica mediàtica segons la qual nos iban a invadir las muñecas de famosa por doquier, ja ha quedat com desfassada, davant l´acaparament mental del canvi climàtic.


Tot i així, encara que la peli conté tots els tics de film d´acció americà amb pretensions intel.lectuals amb notables referències a ítems com el big brother, la caverna o l´eterna al.lusió a l´extermini nazi, em va cridar molt l´atenció la conducta d´aquests clons, éssers humans en sèrie estrilitzats de qualsevol sentimentalisme, reflexió o pulsió vital. Em va semblar entranyable veure al Mc Gregor i la Johanson reaccionant com un parell de pre-púbers davant les temptacions mundanes de la jungla de la realitat de la que havien estat protegits durant la seva curta vida. Tot semblava meravellosament senzill en ells, en la seva expressió de càndida innocència interrompuda per les turbulències d´un món perillós i predador. Em vaig imaginar una comunitat d´éssers com aquests conformant un món just i ordenat com una taula acabada de parar, sense cap taca a les estovalles i cada tovalló ben plegadet en el seu lloc. Les seves cares blanques i serenes, mirant-se amb una tranquil.líssima neutralitat. Tots comencarien a menjar alhora, sense especial gana, fins que un d´ells diria sobtadament: -Li falta sal. I aleshores l´amfitrió li respondria, després d´engullir el que tenia a la boca: -Doncs te´n poses. I seguirien menjant. Mmmmh....deliciós.