Ser gay es guay.
Ya no sólo tenemos bares y discotecas. No. También tenemos restaurantes, hoteles, campings, rutas turísticas, playas, gimnasios, saunas, albergues,parques, supermercados...Tenemos nuestra propia ropa, nuestra propia música, nuestras propias cremitas y perfumes, nuestros propios ídolos de mercadotecnia, nuestros propios festivales, programas de television, concursos de belleza... Quién nos confunde es porque quiere. Y cada vez son menos las ocasiones en las que alguien nos puede confundir accidentalmente con un heterosexual. Es más sencillo en cambio confundir a cada vez más heterosexuales porque muchos de ellos se han hecho suyas también nuestra música, nuestra ropa, nuestras discotecas y bares, nuestros eventos sociales...¡Qué desfachatez! Tantos años de liberación sexual intentando desmarcarnos de los demás, reinventando todo lo que pertenece al género humano para que sean, sólo, nuestras cositas, para que nadie nos las toque ni se mezcle con nosotros, para que nos dejen vivir en un rinconcito húmedo y oscuro de este mundo y que cuando nos vean ya no nos tiren piedras, sino que digan: "Si, son ellos, los mariquitas. Son personas normales, como tú o como yo, aunque no usen el mismo papel higiénico que nosotros para limpiarse el culo. Hay un día en el año, incluso, en el que salen por las calles llenos de plumas y hormonas y nos recuerdan que todavía existen, que sólo habían estado invernando... Pero son inofensivos y molestan poco. Incluso yo tengo algun amigo."...y todo esto, ¿para qué?, eh? ¿Para qué?.Para que estos desviados se aburran y les dé por imitarnos. En fin, mari, que habrá que volver a entrar al armario, hasta que se les pase esta aberrante idea de parecerse a nosotros.