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miércoles, octubre 03, 2007

Violently happy



La violencia es un ítem de nuestros días. Lo cual no significa que sea nada moderno. El negocio de matar es casi tan antiguo como el de dar placer. Pero lo que le da un carácter tremendamente actual es que se ha inmiscuido en casi todas las parcelas de nuestra vida, incluso las más recientes. La violencia nos explica como seres inherentemente agresivos: En la maquiavélica competitividad del trabajo, en el receloso anonimato de nuestros vecinos, en la desidia familiar, en nuestro parco tiempo de ocio, en nuestro comer mal y rápido,en todo aquello que está por hacer en nosotros y para con los demás, y en definitiva, en nuestras pulsiones vitales, sobretodo en las más bajas.

"Quien bien te quiere te hará sufrir". Este refrán tan incorporado en nuestra sociedad hasta tal punto que a quien se lo digamos le provocaremos un gesto de asentimiento resignado, no deja de parecerme un tanto retorcido. Huimos del sufrimiento, lo tememos mucho más que a la muerte, pues, ¿Quién no ha experimentado el dolor alguna vez? En cambio la muerte, un fenómeno mucho más absoluto, no es capaz de provocarnos tal angustia, porque es algo abstracto, intangible, aunque la hayamos vivido de cerca. Dicen los sabios que no hay mayor fuente de sabiduría, de crecimiento y de superación que la del sufrimiento. Aún así, la ahuyentamos como a los mosquitos, aunque esté presente de forma inevitable en nuestras vidas, aunque aquella persona de la que esperábamos recibir todo el cariño del mundo decida inexplicablemente un día rompernos en dos. Nadie sabe porque ha sido. Ha sido y punto. El agua fría en la cara por las mañanas puede ser tremendamente agresiva, pero nos despierta. Nadie ha decidido de qué forma van a expresarte que te quieren. Algunos depravados deciden hacerlo acuchillando a su mujer. No podemos evadir toda la culpa que hemos mamado desde pequeñajos. Y la violencia puede ser en un momento dado ese hilo de voz castrada que no sabíamos de dónde venía. Por amor se construye y se destruye, se actúa en favor y en contra de uno. Se barajan, en definitiva, las cartas de nuestras contradicciones. Pongámoslas mejor boca arriba. Hay que ser valiente.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

me ha venido la imagen de la nariz rota en Una Historia de Violencia, no sé por qué.
Pásate del móvil al fijo, sortiràs guanyant...

1:31 p. m.  

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