Domingo
Y de repente te duermes y estoy solo.
Tan solo que casi puedo hablar conmigo mismo.
Y maldecirme por seguir midiendo con la ilusión
nuestras cuatro paredes,
nuestra calle,
nuestro barrio,
nuestra ciudad llena de ruido.
Maldecirme por haberme secuestrado
de lo tangible un domingo cualquiera
y llamarle sexo a algo que no sé
qué nombre ponerle.
Por jugar a que me escondo
por si te da por encontrarme.
Por aburrirme y buscar algo que hacer
en lugar de hacerlo.
Por contar uno a uno los silencios
en voz alta.
Por gritar sin pánico,
por soplar sin aire,
por besar sin ganas.
Por hablar y hablar y hablar
sin decir nada.
Por soñar despierto siquiera un rato,
no vaya yo a dormirme también sin querer
y nos quedemos los dos solos.
1 Comments:
nenenenenee....si quedem dijous,haurà de ser a casa meva que no puc deixar la dana sola perque a la nit sortirem!
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