Los trapos sucios

Recogía la colada y de entre los hedores del patio interior reconoció el primer olor del verano en casa. Idéntico al anterior, el primero. Parecía como si no se hubiera lavado ropa desde entonces. Camisetas desgarradas en momentos de pasión eran ahora trapos de cocina secándose al sol ...Y entonces cerró los ojos para intentar recordar mejor la escena veraniega en que le rasgó las vestiduras, henchido de calor y humedad; esas gotitas en la frente brillando a la luz como pequeñas perlas a media tarde; el leve ronroneo del vecindario, ajeno a lo que ocurría tras la pared. Estampa clandestina de dos intimidades luchando en el lecho por fundirse en una. Más tarde una ducha tíbia y a la calle con los últimos destellos del día, a respirar los lengüetazos del mar y a hablar de cualquier cosa insustancial que liberase sus almas sitiadas de deseo...Abrió los ojos y vió de nuevo el trapo colgando de una sola pinza y arrugado como un pellejo y pensó....: "Qué lástima...Con lo bien que me sentaba esa camiseta."