Edit

sábado, noviembre 10, 2007

Pornodrama

Olivia Weteyes nunca tuvo mucha suerte con los hombres. No porque no fuera guapa, que lo era. Su ondulada melena rojiza y su rostro neoclásico atraían a la legua. Tampoco es que fuera antipática, aunque si lo suficientemente lista como para hacerse la tonta si el romance en cuestión lo requería. Tenia clase, estilo y gracia, pero si se lo proponia podía volverse repugnante a los ojos de un hombre. Pero lo que hacia de Olivia una mujer irresistible era su sentido del humor. Estar con ella era reír. Nada, por trascendente que fuera, podía escapar de su fina ironía, de su cáustico sarcasmo, de su risa contagiosa o de su semblante inquietantemente serio mientras de su boca proliferaban auténticos delirios, producto de su innato sentido del absurdo que, según ella, rezumaba de la realidad misma. Olivia sabía muy bien desde el principio de qué quería reírse un hombre, y de qué no. Eso hacía que de la mesa de un restaurante acogedor o de una sala de cine a la cama hubiera casi siempre un paso muy pequeño. Nadie escapa al efecto erotizante de la risa. Nadie excepto Johny Sunnysmile...

El gran drama de Olivia con los hombres estaba en su lecho. Era un problema de sábanas. No es que fuera mala amante. Era fogosa, apasionada, y como les ocurre a los grandes amantes, en nada podía encontrar mayor placer que en el de percibir el placer que le estaba provocando al otro. Esa mueca agarrotada, ese gesto incontrolado de cualquier hombre víctima del placer era para ella como encontrar una llave bajo el mar, como la que se encontró de pequeña en la piscina cuando era una niña. Pero lo cierto es que Olivia dejó de encontrarse llaves desde hacía tiempo porque cada vez que un hombre la penetraba rompía a llorar desconsoladamente. No era dolor, ni tan solo pena. Nada enturbiaba su mente ni le dolía en su interior. Pero por alguna razón que ella misma desconocía, le entraban unas irresistibles ganas de soltar todas las lágrimas del mundo. Era un vómito. Una especie de catársis, quizá, que no conseguía comprender y de la que ya le costaba recordar cuando le ocurrió por primera vez.

Tenía 15 años, y la escena tuvo lugar en la misma piscina donde unos años atras se había encontrado la llave. Era en casa de unos tíos suyos pudientes, que tenían un apartamento en la costa, Ella se bañaba en esa piscina desde que era un bebé o sea que se podría decir que para su primera relación sexual, estaba como pez en el agua. Él, una historia veraniega de adolescentes sin más, no se daba cuenta de que a Olivia se le empezaron a humedecer los ojos, y que lo que le resbalaba por las mejillas no eran gotas. Cuando ya se hizo evidente que Olivia estaba sollozando él le hizo la pregunta que en la vida de Olivia pasó de ser obvia a ser inevitable. "¿Qué te pasa?" Ella le contestó entre sollozos que no lo sabía, pero como era de esperar, él no la creyó. Le preguntó si le dolía, si estaba triste, si en realidad no quería hacerlo, si se le había muerto alguien...Cuando al pobre chico se le agotó la batería de preguntas terminó por rendirse. Y así, pasaron los años y los hombres en la vida de Olivia, y todos los que le siguieron también se rindieron, uno a uno. Por excitados que estuvieran, o por perversa que fuera su mente, el melodrama de Olivia era más poderoso que su líbido. Era tal el sentimiento con el que lloraba que terminaban sintiéndose tan tristes sin saber porqué, que se les bajaba todo. Era automático.

Pero justo cuando Olivia iba a perder toda esperanza de experimentar el orgasmo con un hombre, apareció Johny Sunnysmile. Johny era un hombre apuesto, austero. De maneras sosegadas. Habia en la impertérrita seriedad de su rostro una paz indecible, un equilibrio absoluto. Era parco en palabras, que no pobre. Analítico pero afable. Jamás dejaba a los demás ver que en realidad les estaba escudriñando. Su mirada se perdía en el abismo a veces, o se clavaba en la retina de Olivia, quien, presa del pánico al darse cuenta de la pasión que estaba empezando a despertar ese hombre, empezó a echar mano de su sentido del humor, para liberar tensiones. Pero hacer reír a ese hombre era como encontrar una llave bajo el mar. En toda la noche, Olivia fue capaz apenas de sacarle una leve sonrisa a Johny, más producto de la condescendencia que no de la hilaridad. Olivia estaba exhausta después de la cena. Y es que no hay nada más duro que pasar de hacer gracia a ser gracioso. La comedia es infinitamente más sacrificada que el drama. Al verse sin salida pensó que solo le quedaba una digna retirada a tiempo, a lo que Johny replicó con una última copa en su casa. Olivia quería hundirse bajo tierra. Aquel hombre la volvía loca y oírle reír ya se había convertido en una cuestión de vida o muerte, pero le aterraba pensar lo que ocurriría cuando la pasión se desatara. Pero la carne es débil, y Olivia accedió, mientras algo se derrumbaba en su interior.
Johny tenia un bonito apartamento en las afueras, tranquilo, espacioso, y con una gran piscina iluminada en el jardín...Sucedió lo inevitable. Terminaron la copa en el agua. Él empezó a tocarla con una suavidad extrema que hizo que Olivia olvidara todos sus miedos y no recordara siquiera su nombre. Sin apenas notarlo la penetró, y cual fue la sorpresa de Olivia cuando vió que a aquel hombre se le torcía el semblante y empezaba a reír a carcajadas antes de que ella pudiera emitir un solo sollozo. Una carcajada fresca como un trueno en una tormenta de verano. Olivia empezó a llorar llena de felicidad, y así rieron y lloraron hasta gastarse.
No había ninguna llave en el fondo de aquella piscina, pero esa noche Olivia tuvo el primero de un incontable número de orgasmos estratosféricos...Y cuando lo recuerda todavía ríe, sin saber porqué.








1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Te leí ayer pero estaba demasiado cansada para esribir algo, o something, as you like it... En quin idioma prefereixes que t'escrigui? M'agrada molt el conte, sobretot la idea que has tingut de posar noms anglo-saxons als teus persontages... algú altre ha tingut la idea i ho ha fet abansa... qui era? Ah!, sí! JOOOOOOOOO... Pensaria que ets un copion, però no, el que passa és que segueixes una corrent... M'agrada ser la teva font d'inspiració. Per què plora la teva protagonista? Una altra pregunta: el seu salvador, seguia resultant tant sexy quan no parava de riure durant el coit? Com es deia? Ah, sí, Johnny... és un nom molt típic del Canadà, oi?

10:57 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home