El orzuelo
Cuando Jurek Samsa se levantó esa mañana descubrió en el espejo que tenia el ojo como una bicha. Su iris izquierdo estaba practicamente oculto entre dos membranas enrojecidas que simulaban ser sus párpados, y una telaraña legañosa le supuraba del lagrimal. Una baba amarillenta, como un humor pestilente de pesadillas nocturnas.
Esta transformación conferia al ojo un permanente aspecto de tristeza infinita. Por él salian las lágrimas a las que se negó, y que ahora le inundaban, le ahogaban sin piedad, como si pretendieran dejarle ciego para siempre.
posted by biedronka at 18:42
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Jurek se sentó. De repente toda su tristeza se quedó en ese ojo ahora deformado, como si del retrato de Dorian Grey se tratara. No estaba triste, porque ya he dicho que su tristeza se quedó en el ahora putrefacto orificio, pero estaba muy cabreado. Él ansiaba la vida de Dorian, pero él, Yurek, bello de nacimiento, ahora era horroroso y en vez de aislar lo feo y viejo de su ser en un retrato guardado en un desván, tenía expuesta su tristeza en la cara y esta tristeza, que tenía que haberlo hecho interesante e inaccesible lo convertía ahora en alguien a quien nadie se quería acercar. Maldito Dorian!
La luz del dia le rajaba la grieta que era su ojo como un bisturí. El llanto era incesante, como una cortina de agua perenne que solo le permitia dislumbrar luminosas manchas de colores, como ve el caimán un pantano en sus turbias aguas.
Pasó los siguientes minutos deambulando nerviosamente por su minúscula habitación. Puerta, poster, espejo, cama, pared, puerta, poster, espejo, cama, pared...Hasta que se lanzó por debajo las sábanas y lloró. Lloró con un llanto mudo y entrecortado, como una náusea.
De repente oyó pasos.
-Jurek! estas ahi?
-...
-Jurek? Que ruido es ese? Abre la puerta!
-No puedo.-dijo su boca. mientras se estremecia de terror con solo pensar en el rostro de su madre al ver su ojo, al ver esa cucaracha moribunda pegada a su cara.
-Jurek, ya basta!
-Estoy...
-Estas qué?
-...
-Mira, voy a abrir!
-No! No abras!
-Pero por qué?! Que me estas ocultando?
-Nada! No abras, mamá, te lo suplico!
Jurek oyó abrirse la puerta.
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